martes, 31 de mayo de 2016

Carta para Gabriela Michetti

Hola Gaby, mirá, te escribo estas pequeñas e insignificantes líneas para contarte que sí, que tenes razón. Que nos hicieron creer que podíamos vivir así para siempre. Que nos la creímos los dos: el pibe y yo.
Arrancamos así, hace un tiempo y casi sin darnos cuenta...(de tu presencia y la de tu socio y cómplice si, nos dimos cuenta!) logramos un montón de cosas, diseñamos, creamos, fabricamos, dimos trabajo a otros, compramos insumos, agregamos valor, facilitamos el esfuerzo cotidiano de muchos otros trabajadores, adquirimos equipos, ofrecimos orgullosos lo nuestro a otros países y tratamos de competir con nuestros colegas mejorando lo que ya existe.
Nos la creímos, o nos la hicieron creer. Nos hicieron creer que había un mercado interno, que había gente dispuesta a consumir, y otros dispuestos a cubrir esa demanda comprando equipos. Nos hicieron creer que podíamos mejorar día a día, con esfuerzo y sin hacer trampas ni jodiendo a nadie.
Te confieso que el pibe se la creyó más que yo...y viste, los pibes son así. Yo también, todos fuimos pibes y teníamos los ideales por delante de todo...
Ahora eso si, Gaby. A vos y al otro no les creí nunca nada, siempre supe que venían a jodernos. Ya tengo canas Gaby, no como vidrio...
Por el pibe no te preocupes. Tiene tanto para dar que si querés te presta. Y por mí tampoco, no necesito nada de lo que ustedes creen tener, que hasta ahora no sé que es.
Andá por la sombra Gaby, vos y el otro, vayan por la sombra.

Leonardo Soto - Fabricante de máquinas de la Provincia de Santa Fe (con mi hijo de 21 años)

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