viernes, 25 de agosto de 2017

PAMI: desconsideración para con sus afiliados

"Si un pueblo no respeta a los ancianos pierde su memoria y carece de futuro" afirma el papa Francisco.

Nuestros jubilados son hombres y mujeres que han dado lo mejor de sí en bien de todos. El retiro de la actividad que hubiesen desempeñado, debería ser de merecido descanso y no –como sucede frecuentemente- de verdaderas penurias provocadas por la discriminación y el trato desconsiderado por parte de quienes deberían cuidar de su salud.

Habitualmente, el paciente afiliado al PAMI debe solicitar un turno a su médico de cabecera para que lo derive a un especialista, en lo que se denomina la interconsulta.
Con la derivación en sus manos, más una fotocopia del recibo de haberes y otra del carnet de afiliación, autorización de la clínica prestadora mediante, comienza la aventura de lograr ser atendido.

Salvo escasas excepciones, los turnos para los afiliados al PAMI deben solicitarse personalmente y en muchos casos en días determinados en los que se concede una cantidad limitada. Quiénes no lo obtuvieren, deberán regresar en otra oportunidad, que suele darse un mes después.
Así, acceder al especialista puede demandar de dos a tres meses; lo que torna ilusorio el derecho a la salud de nuestros jubilados y pensionados

En el ínterin, largas e incómodas filas de espera, tediosas idas y venidas y tratos descomedidos son una realidad para quienes merecerían todo nuestro respeto y consideración.
Es imperioso que el Instituto Nacional de Servicios Sociales para Jubilados y Pensionados (PAMI –Programa de Asistencia Médica Integral) garantice a sus afiliados la obtención de turnos de atención, de manera ágil, sencilla y efectiva, exigiendo a sus prestadores la implementación de protocolos de adjudicación acordes a la dignidad de quienes por su edad y por los servicios prestados merecen, evitándoles las incomodidades y esperas que generalmente deben padecer.

Fuente: Change.org

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