martes, 21 de marzo de 2017

Yo soy Mirhta

La Argentina es el país de invirtió más cinco palos. Todo el mundo demostrar que la crisis no sede. Terreno difícil. Pero la suma de los hechos habla representadora hoy del pueblo.
Mirtha Legrand le dice al Presidente: "No se me haga el cocorito". El entrevistador, la entrevistadora, casi habla más que el entrevistado. Un presidente que accede después de años a una entrevista sin guión.
Las preguntas son preguntas sino afirmaciones. Uno tras otro. La señora Legrand como decía que ella hizo a Macri Presidente. Ya no se hace cargo. Habla como una votante desilusionada. Habla en nombre de los votantes desilusionados.
Hay una señora de sentimiento de singular vergüenza: el de los periodistas que no quieren parecer al gobierno Una persona de complejo que los induce todo el tiempo a buscar equiparar a este gobierno con el anterior.
¿Mirtha ha sido tomada al menos en parte por esa actitud? Le dice a Macri: "Ustedes no ven la realidad". El Presidente es ciego , ese es el mensaje se muy bien: de eso se trata la democracia. Nada de entrevistas guionadas como las de Cristina, en las que ella sabía de antemano lo que los periodistas le iban a preguntar.
 Como la señora Legrand, que critica todo el tiempo y su naturalidad para preguntar puede exhibir a un presidente casetes.
El mensaje que más llega es que Macri no sabe cuánto gana un jubilado. Sería necesario que el Presidente lo supiera. Mirtha hasta revivió al comisario Fino Palacios. No queda claro el porqué.
A veces no contestar es la única manera de conservar con calma. Macri responde enojado y a menudo a la defensiva, mientras su mujer interviene desde el afecto para respaldarlo y Mirtha, avinagrada, no encuentra contradictorio leer  y publicidades desde la misma quinta presidencial.
Su desilusión con el Gobierno le demostró que el macrismo no está preparado para la función pública. Otra pregunta: ¿qué gobierno estuvo preparado?
El kirchnerismo fue maestro de diagnósticos. Sigue siéndolo.

“La pobreza está bajando y su causa es la inflación”. sostuvo el presidente, a pocos días que la UCA afirmó que pobreza e indigencia crecieron exponencialmente en los primeros 9 meses de su gobierno, hay 1,5 millones de nuevos pobres y más de 600 mil nuevos indigentes.
El presidente no entiende o le cuesta comprender lo que significa no tener para poner un plato de comida en la mesa y sigue culpando a administraciones anteriores por este flagelo en lugar de tomar el toro por las astas y resolver de la mejor manera posible, el hambre que sufren millones de argentinos.
Al referirse al “tarifazo” que impacto de lleno en el seno de las familias y las pymes, la mejor respuesta que encontró fue que el precio de la electricidad que hoy pagan los usuarios es “el 45 por ciento” de su valor y defendió el aumento de tarifas al sostener que “no había otra manera”, dejando bien en claro que pronto vendrán nuevos incrementos en todos los servicios.
“Estamos cobrando la electricidad el 45 por ciento de lo que vale. Le busqué la vuelta (al problema tarifario) pero no había otra manera”, dijo el jefe de Estado.
También trató de golpistas a los maestros que hoy reclaman un sueldo digno, “Estos señores se creen dueños de la educación pública, no puede ser que tengan de rehenes a los chicos” y definió al líder gremial Roberto Baradel como “alguien a quien le falta autocrítica”.
“Este tema (paro docente) no me deja dormir, hace más de diez años que hacen paros, no hacen autocríticas, estos señores se creen los dueños de la educación pública, no puede ser que tengan de rehenes a los chicos“, criticó.
Durante toda la entrevista se vio a un Macri inseguro, dubitativo y falto de bagaje político para responder con algo de seguridad sobre la coyuntura. Uno de los puntos más polémicos tuvo lugar durante el tramo que le dedicaron a los jubilados. El presidente no tenía idea cuanto cobran los abuelos con la mínima.
Ante la consulta de la diva, Macri le respondió “creo que están en 9 mil y pico de pesos”. Pero pronto vino la corrección, $6354, un 50% menos. Uno no podía imaginar el asombro de los “viejos” al escuchar al mandatario.

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