Lo decidió ayer después de que su hijo Máximo fuera operado; luego de Turquía iba a ir a Roma
Era su despedida de las cumbres internacionales, pero no irá. Cristina Kirchner a tenía previsto partir pasado mañana para participar del foro el 15 y el 16. A la vuelta de su estadía en la ciudad de Belek, donde se hará la cumbre, iba a pasar por Roma. Pero ayer, sorpresivamente, dio de baja todo el viaje. En el Gobierno relacionaron la cancelación con la internación de Máximo Kirchner, aunque en el equipo de Daniel Scioli especulaban que la decisión esta vinculada a la proximidad del ballottage. Lo cierto es que el viaje se había mantenido en pie durante toda la semana que pasó y ayer se canceló.
El parte médico distribuido después de la operación dio cuenta de un cuadro de "absceso hepático de origen diverticular", por lo que se le realizó un "drenaje percutáneo" que fue "exitoso", a cargo de los doctores Pedro Ferraina y Francisco Suárez Anzorena, de la misma clínica que usan habitualmente los Kirchner.
La última información sobre el estado de salud del fundador de La Cámpora fue que se encontraba "clínicamente estable y en proceso de recuperación". Ayer no hubo ningún comunicado oficial al respecto. Máximo Kirchner había estado toda la semana en Buenos Aires para controlarse por el dolor que padecía. El jueves pasado estuvo en el Otamendi, pero volvió a Olivos, hasta que finalmente anteayer debió regresar para ser operado.
En lugar de Cristina, viajarán a la cumbre del G-20 el canciller Héctor Timerman; el ministro de Economía, Axel Kicillof, y su par de Planificación Federal, Julio De Vido.
Oficialmente, el Gobierno no dio información sobre la cancelación del viaje y fuentes cercanas a Máximo Kirchner argumentaron que la decisión de quedarse fue por la campaña electoral. Pero desde la Casa Rosada, ya con la fecha del ballottage prevista desde hace dos semanas, habían seguido adelante con los preparativos del viaje, que recién se canceló ayer, tras la operación a Máximo.
Por el momento, la agenda de la Presidenta para esta semana no contempla actividades. La última que tuvo fue el viernes, junto a Daniel Scioli, donde se concentró en defender la estrategia electoral del oficialismo para imponerse frente a Mauricio Macri.
Con su presencia en Buenos Aires, no se descartaba ayer que Cristina pudiera tener más presencia ahora en el tramo final de la campaña.
Por ser el último foro del G-20 con Cristina Kirchner, el Gobierno tenía expectativas de reinstalar el debate contra los fondos buitre como tema electoral. Ahora, la postura oficial quedará en manos de Timerman y Kicillof, que aprovecharán para exponer sobre la reciente aprobación por parte de las Naciones Unidas de los nueve principios para reestructuración de deudas soberanas impulsado por la Argentina. Ambos ya habían reemplazado a Cristina en la anterior cumbre del año pasado.
Uno de los primeros en enterarse de la cancelación del viaje fue Scioli, por una llamada de la propia Presidenta. Con el frente interno más ordenado, los dos se pusieron la campaña al hombro y acordaron mostrarse unidos.
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