En una maratónica jornada de idas y vueltas, el ex presidente brasileño Luiz Inácio Lula da Silva (2003-2011) esperaba salir de la cárcel este domingo, luego de que el juez de apelaciones Rogerio Favreto volviera a ordenar su liberación inmediata en una hora, después de que un segundo magistrado revocara la medida y decidiera mantener al ex mandatario en prisión.
Sin embargo, el presidente del Tribunal Regional Federal de la Cuarta Región (TRF-4), Thompson Flores, zanjó la batalla judicial y determinó que el ex presidente continúe en prisión.
Previamente, el juez de guardia de esa corte de apelaciones había expedido la orden para liberar a Lula, de 72 años, que desde el 7 de abril cumple una pena de 12 años y un mes de cárcel por corrupción y lavado de dinero en la sede de la Policía Federal de Curitiba (sur).
Esa orden, que tomó por sorpresa a todo el mundo, estipulaba que la liberación de Lula debía tener lugar en "régimen de urgencia, en el día de hoy".
La asesoría de prensa del tribunal confirmó que, aunque el juez relator del caso había cancelado la orden poco antes por considerar que no se puede desacatar una decisión colegiada anterior, la orden del juez de guardia es la que vale ahora.
Lula cumple una pena de 12 años y un mes de prisión por corrupción y lavado de dinero desde el pasado 7 de abril en la sede de la Policía Federal en Curitiba (sur), acusado de haber recibido un apartamento de parte de una constructora a cambio de favores.
"¡Lula libre!"
"¡Lula libre ahora!" se podía leer en la cuenta de Twitter del exmandatario poco después de que se publicara la orden de liberación.
Los mensajes de júbilo de figuras destacadas del PT pasaron a ser de descalificación de los jueces una vez suspendida la orden.
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