En respuesta a muchos compañeros que se apasionan con la discusión en torno del discurso de CFK respecto de la unidad en la diversidad, representado en la frase "pañuelos verdes junto a pañuelos celestes", quisiera comentar algunas cosas que creo importantes. Si este va a ser el tema y la liviandad de la discusión política en el espacio del proyecto nacional y popular, pues entonces preparémonos para perder.
Yo creo que una trabajadora de pañuelo celeste tiene más en común en su experiencia de explotación conmigo, que una burguesa de pañuelo verde.
Yo veo que mis vecinas antiabortistas que no les alcanza para la leche tienen más necesidad del amparo del Estado que Silvia Lospennato.
Por lo tanto, estoy de acuerdo con Cristina y en contra de todos los intentos divisionistas del neoliberalismo y de la izquierda troskista, que en vez de sumar dividen.
Me considero "casi feminista" y de "izquierda", pero soy plenamente consciente de que en tiempos de incendio, hay que apagar el fuego primero y pintar las paredes después.
La división no puede ser entre los que rezan y los que no rezan, cuando los que rezan muchas veces les dan de comer a los pibes con hambre en los barrios.
La división no puede ser entre pañuelos verdes y pañuelos celestes cuando con un presupuesto de ajuste la salud, la educación, la seguridad y las jubilaciones, pasan a ser una utopía para los más humildes.
Ell verdadero enemigo es el neoliberalismo.
Y el único que puede derrotarlo es el Pueblo unido.
PUEBLO, como entidad heterogénea e inclusiva, diversa.
La tarea es sumar y multiplicar.
Y no restar.
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