Al argentino distraído y confundido de siempre le comento: el rechazo del mercado y el salto del dólar no es contra Mauricio Macri, sino todo lo contrario. Se refiere a la reacción de un mercado internacional que enloquece ante lo que entiende es una chance potencialmente concreta de que el kirchnerismo pueda volver a hacerse cargo de esta bendita tribu a la que llamamos Argentina.
Un castigo amarillo en este contexto implica autoinfligirnos una crisis innecesaria y costosísima de la que no habrá retorno institucional posible. Si el kirchnerismo vuelve al poder, el único perjudicado será el argentino de pie: esta vez, el ofuscado señor X lo va a pagar más caro que nunca. Recuerden, estamos mal pero nuestra somnolienta miopía puede llevarnos a un estadio infinitamente peor que éste. Entiendan también que los mercados se dan vuelta como una media ante la menor sorpresa posible y anticipo, se vendrán muchas en todos los frentes. Esta guerra entre el “malo” y el “pésimo” recién comienza y durará seis interminables meses.
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