Debido a la situación que atraviesa el Instituto Nacional de Cine y Artes Audiovisuales (INCAA), a partir de las renuncias forzadas de su presidente, Alejandro Cacetta, y del director de la Escuela Nacional de Experimentación y Realización Cinematográfica (Enerc), Pablo Rovito, tras una burda operación mediática lanzada desde un programa televisivo.
Es imprescindible:
- Respetar y sostener la autarquía del Instituto y del sistema de fomento a la producción cinematográfica según el mecanismo creado por la Ley 24.377, puesta en vigor en 1994.
- Respetar el sistema de elección democrática de sus autoridades que posee el Instituto Nacional del Cine, INCAA y la Escuela de Cine, ENERC.
- Garantizar el normal funcionamiento de la ENERC en todas sus sedes, una de las escuelas públicas de cine más importantes y reconocidas de América Latina, fundamental en la formación de varias generaciones de cineastas, algunos de ellos de vasto reconocimiento internacional, tanto argentinos como extranjeros.
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